En España nos quejábamos por la
cantidad de publicidad que metían en nuestros buzones diariamente.
Pues bien, eso no es nada comparado con la montaña de papales que
inunda cada día los buzones en la ciudad de Miami. Hay ofertas de todo lo
imaginable, incluso llegan catálogos de armas, donde puedes elegir
la pistola que mejor se adapte a tus necesidades.
Aquí se utilizan mucho los cupones.
Por correo llegan cupones en los que ofrecen descuentos para
alimentos o artículos en los diferentes supermercados y la gente los
recorta, para cuando van a comprar, recibir los descuentos y ahorrar
algo de dinero.
Hay que tener mucho cuidado, pues en el
poco tiempo que llevo en Miami, me he dado cuenta que si no estás
atento, te engañan con esas supuestas "ofertas", es decir,
que te dicen un precio y cuando vas a pagar, resulta que es otro.
Siempre hay que leer la letra pequeña, porque ahí es donde se lee
la información verídica. Se usa mucho poner el precio en grande con
un supuesto descuento y luego resulta que para obtener ese descuento,
tienes que recortar un cupon, mandarlo por correo y ellos te mandan
un cheque, es decir que no son instantáneos.
Esta es una sociedad de consumo y todo
está preparado para consumir y que la gente compre y compre. Como me
dijo un colega, aunque llegues con la mente muy clara y no quieras
gastar, esta sociedad te envuelve, al final tienes que caer en la
rueda de pedir créditos, (próximamente explicaremos un poco cómo funciona el crédito en Miami) y
poco a poco te vas metiendo en ese círculo vicioso en el que compras
a crédito, debes dinero, luego pagas, generas confianza de buen
pagador y luego los bancos te premian con más dinero para seguir
gastando. Ya lo saben, ¡ojito con la publicidad!
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